miércoles, 2 de febrero de 2011

Futurismos creyentes.

Últimamente me hablan de dios y me hacen pensar en el. He aquí una corta ficción acerca de cómo dios fue hecho hombre y fue feliz, sembró un manzano y crió un perro y un canario.

En aquellos lejanos entonces las tecnologías, y maquinas desarrolladas al momento, permitían a la humanidad vivir del ocio, en un paraíso tecnológico de placer y alegría. Los hombres y las mujeres eran libres, las personas vivían en espacios hermosos. La convivencia social era en armonía con los otros, los alimentos alcanzaban para todos los hombres que vivían en la tierra como hermanos, no había entre la humanidad maldad, excepto maldad inocente entre los juegos de niños. El mundo había sido limpiado de toda contaminación, se habían vuelto a insertar a hábitats recreados y animales extintos hacia milenios.

En aquella época la materia estaba ya almacenada en calidad de datos y estaba disponible en las redes virtuales, para aquel que la solicitara, y una maquina llamada creamateria de mano, que creaba en el momento lo requerido bajo una compleja traducción de información a quarks. Es decir, si alguien tenía hambre y antojo de plátano, bastaba con escribir lo deseado en su consola de bolsillo y tendría un plátano en un instante.

Algunas centurias antes, un científico llamado Miguel, había pasado toda su vida desarrollando postulados teológicos que defendía neciamente, probando la existencia de dios bajo ciertos algoritmos y ecuaciones, pero por esa época, la comunidad científica estaba más ocupada en asuntos que daban a la humanidad grandes saltos en cuanto a calidad de vida que no le prestaron atención. Un buen día Miguel murió en el olvido. Tuvieron que pasar muchos años para que alguien encontrara las investigaciones que estaban arrumbadas flotando por las redes de información virtuales. Un ocioso joven encontró aquellos datos y se quedó intrigado por ese concepto ambiguo de dios el cual interpretaba con ingenuidad. Puso manos a la obra y en su consola de bolsillo, cargó aquella información porque quería saber si realmente maquilar a dios era posible. Al momento, frente a él apareció un hombre que sobresaltado y ofendido se descubrió hombre y sobre la tierra. El joven, indiferente ante la simple aparición de un hombre, se puso entonces a hacer otra cosa que en el momento a él le pareció más entretenida.

Dios, que ya no era dios sino hombre, había sido arrancado de su existencia divina, condenado a vivir entre los hombres en la tierra donde hacía mucho tiempo lo habían olvidado. Entonces el hombre como ya llevaba tiempo acostumbrado a la indiferencia, se dedicó a pasear por los jardines, platicar de igual a igual con quien se encontraba –muchos de los cuales se interesaban por las extrañas historias de creaciones que nadie le creía, por cierto-, fue feliz, hizo amigos, sembró un manzano y crió un perro y un canario.

FIN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario