jueves, 29 de abril de 2010

Nocturnos de Chopin


Cuando escucho nocturnos de Chopin, me emociono… Dicen que los locos no pueden dormir, también dicen algunos diurnos que la noche sirve para dormir (claro, justificando a los que trabajan de noche)…… además de los locos, en la noche existe otra especie “We Only Come Out At Night - Smashing Pumpkins”, la de los que echamos fiesta, la de los borrachos, los que nos intoxicamos para abstraernos un instante de la rutina, que incluso de ese modo, nos persigue… entonces escucho Chopin, nocturnos de Chopin para ser exactos, los escucho de noche. ¿Qué clase de sujeto pondría ese título a su obra? Quien compone en la noche? Un apasionado del a noche ¿(borracho, atascado, ¿insomne?)? Dudo que haya sido trabajando, por su obra no le pagaban mucho.

Chopin, un romántico, que componía noche. No duermo.

Lunático? Luna? loco? Noche?

lunes, 26 de abril de 2010

Fusilandome cuentos


Este tipo de cuento me lo fusilé de uno que lei en el diario… lamento haber olvidado el autor…

Instrucciones.- Lee y elige el final que mas te guste (o disguste).

Beatriz se queda distraída un instante y aparece de pronto un poeta del espacio por generación espontánea, entonces Beatriz…


1.- …lo mira sorprendida y trata de encontrar una respuesta lógica, mientras se pregunta si lo que tomo hace un instante son aspirinas.

2.- …le pasa todo el tiempo que sujetos generados espontáneamente se aparezcan y sigue en sus pensamientos como si nada hubiese pasado.

3.- …saluda al poeta del espcio en cuestión, mientras sonríe amablemente.

4.- … besa al poeta del espacio apasionadamente, este a su vez corresponde y el mundo de pronto es agradable.

5.- … deduce que eso no es posible y que tiene esquizofrenia causada por la experiencia traumática de haber conocido al poeta del espacio real.

6.- … se asusta y cae desmayada.

7.- … automáticamente al aparecer el poeta del espacio es teletransportada a una dimensión paralela donde todos son poetas del espacio y al verla todos van hacia ella como zombies.

8.- … despierta y descubre que fue un sueño.

9.- …despierta y quiere ver al poeta del espacio verdadero.

10.- despierta e inmediatamente olvida lo que soñó.

jueves, 22 de abril de 2010

Inventario


a penas llevaba un par de años de soledad....


Tengo un cuarto de 4 por 5, una cama individual, un pequeño mueble para poca ropa, un espejo, un escritorio lleno de cosas, una silla y un laso que cuelga de lado a lado fungiendo como el verdadero ropero.

El ventilador jira todo el tiempo que estoy en casa, me da miedo que si brinco con las manos levantadas, me las arranque. En el espejo hay escritos nombres de bares a los que todavía no he ido.

El exterminio de los zancudos fue una actividad deportiva durante los primeros días de mi estancia, durante las noches me zumbaban sobre la cara, lo que me hacia hacer un calculo del promedio de bichos que había que perseguir. Al menos he tenido 3 tipos de ronchas diferentes, unas anchas como de 3 cm de diámetro, otras de un cm, un poco hinchadas, y algunas mas, como simples granitos que dan comezón. Además de los zancudos pequeños y medianos, al medio día se meten unos insectos voladores similares, pero de unos 3 o 4 cm de largo, que me han advertido, pican bien gacho.

Alguna vez, pachequeando a las 2 de la mañana, me tiré completamente desnudo al suelo, y mi primer sorpresa fue el descubrimiento de unas pequeñas hormigas invisibles desde el punto de vista de alguien que esta de pié. Entonces realicé un conteo mental de las hormigas en mi cuarto, existen al menos 4, las minichiquitas, las pequeñas del escritorio, las medianas que abundan también en el patio y unas grandes y rojas, que no sé si son las mismas que he visto cosechando el naranjo del patio.

Además de las polillas, las arañas, las micromoscas, las moscas y unos bichitos curiosos que si les acercas el dedo, brincan, he encontrado otro bicho, uno gigante a escala de la microfauna, el Gregor kafkiano que todos llevamos dentro.

miércoles, 21 de abril de 2010

Una botella al mar

Era un día de diciembre, el quería escribirle hace algunos días algo a ella, y además, ella le pidió que le escribiera algo. Se sentó frente a la computadora y con las manos puestas en el teclado, escribió un par de frases auto disculpándose por no tener nada que escribir, instantes más tarde borró todo y escribió lo siguiente:

“Ella cruza el arco de la puerta y se dirige al refrigerador. En la mesa de la cocina esta él, con los ojos de un vicioso. Ella no se sorprende mucho al verlo y solo le dirige una mirada cargada de desprecio. El sonríe, de cualquier modo ya nada importa, es mas, desde hace mucho que nada importa. Ella del refrigerador saca un cono de leche, toma un vaso del fregadero y lo llena hasta el tope, entonces vuelve a guardar el cono. Y como si estuviera sola, y nadie la viera, se toma la leche de un solo sorbo, se rasca la nalga y sale de la cocina.”

Aburrido después de todo.

Hola querida, la idea original de esta carta se me ocurrió hace algunos días, luego perdí el entusiasmo por el regalo “sorpresa” (me choca regalar cosas en navidad!) que tu madre tal vez ya te ha dado. (Y una vez más, mi auto disculpa, ja) en esta ocasión, no tuve elección entre regalo “material” y “no material”. Pero quería darte un beso empaquetado, para que en el instante que leas estas palabras recorra hasta tus labios (en este momento debes ayudarme un poco, e imaginar el mejor beso que alguna vez (espero exista uno) te haya dado).

Agradezco todas tus amabilidades (y me refiero directamente al significado real, a lo que me hace amarte) eres muy linda. No sé qué serian estos días sin ti.

Entonces, como sabemos que solo tenemos una vida y no dos para experimentar, deseo que lo que hagas, sea para tu bien y deleite, disfruta esto, no lo padezcas.

En algún sitio, justo ahora, seguramente pasaras por mi cabeza, intermitentemente como siempre, tenlo por seguro. Espero que eso te halague un poco.

Tan pronto como sea posible iré a verte ¿sí?

Y ya que me gustó el beso que hace un instante debiste haber sentido, se me antoja otro, (lo bueno de estos besos, es que no pierdes del ritmo, por el nuevo ritmo que has aprendido) siente mis labios, el calor, la cercanía y la compañía, ay! ya se me antojó mucho. ¿Qué rico beso no?

Jeje, creo que ya estoy desvariando mucho (y entonces me viene la duda ¿es “desvariando o disvariando?).

Bueno, bueno, ya. Espero que tu abuelita este bien, y lo digo sinceramente, (porque creo es la persona a la que más le llegué a agradar en tu casa) espero que no se me siga borrando de la historia, recupera mi fotos, ¿sigues usando la taza me muge?(si si, aquella taza con el estampado de vaca que te traje de no sé que viaje)..

Te quiero… espero hayas disfrutado los besos…

martes, 20 de abril de 2010

Trois gymnopédies

a continuación, la musica mas bella que conozco... dejen que su cuerpo sienta y su pensamiento viaje... esta música ha devuelto un poco de paz al corazón destrozado y el cuerpo llorón del poeta del espacio... disfruten.

lunes, 19 de abril de 2010

Mango













A continuación, algo que escribí por estas fechas el año pasado... Feliz temporada de mangos!!


El mango I

Color cálido, aromático, para gozar de su cuerpo cachondo, de carne suave, una piel que se antoja quitar con los dientes. De mi apetito, lo más sensual que conozco. Tomarlo con las manos, batirse con su jugo los dedos, las palmas, el borde de la boca, los labios, las mejillas, dejar que un hilo baje lentamente hasta mi barbilla. Lamer luego todo lo posiblemente lamible para que nada de esa miel se escape. Me gusta chuparme los dedos si es de ese jugo, hasta quedarme un poco pegajoso es darme cuenta que estoy vivo, después del goce de comerlo.

El mango II

El mango, si lo comes cuando no debes tiene una resina que te saca granos en los bordes de la boca. Fruta prohibida que castiga al quien no la conoce. Esos que escribieron la biblia debieron haberse equivocado, la manzana, una bolita que cuelga de un árbol, templada, minimalista, hasta cierto punto el estereotipo de fruta, me parece aburrida. Ah! Un mango, amarillo y brillante, tropical que cuelga dejando lo más delgado hacia abajo. De hueso extraño y carne suave, blanda, sensible, frágil como una mujer. Eva; dame mango, al carajo las manzanas.

La fruta

El otro día se me antojó una fruta, de buen color y buen olor, jugosa por excelencia. Prometedoramente dulce, miel que solo imaginaba. Y de pronto la pruebo solo un poco.

Una fruta que exige ser comida, no solo a mí, sino a cualquiera que tuviera el atrevimiento de intentarlo y seducirla con el canto, con la risa, el tacto y los labios. Una fruta que aunque parecía prohibida de pronto me di cuenta que seguro no me sacara granos en la boca. ¡Yo quiero granos en la boca! Comer lento y saborear lento y merecer un castigo por profanar lo divino. No estoy listo para las prisas, el placer de mi gusto no reside ya en el atascón, sino en el deleite lento, suave. Que pruebe quien sea esa carnosidad, no importa, pronto mi imaginación la habrá olvidado.

jueves, 15 de abril de 2010

Capitulo 8 (porque el VIII le gusta a María)*


De la locura del poeta del espacio

Se dice que el poeta del espacio anda como loco y de eso, hay por ahí algo de razón.

Yo supe que se enamoraba y desenamoraba con facilidad y de entre trance y trance perdía la conciencia, y hubo veces que tardó mucho en encontrarla, y cuando la encontraba nunca volvía a ser la misma, incluso dudo que alguna vez haya encontrado la propia y que de por ahí haya tomado alguna de algún ingenuo que se le acercara. Quien quita y ese ingenuo fui yo.

También oí por ahí que el poeta estaba loco porque valora lo que pocos valoran y desvalora lo comúnmente valorado. Ve fascinado lo cobrizo de la luz del sol en las nubes reflejado en los atardeceres de las montañas, y se clava mirando las burbujas, sintiendo la fricción del agua o los reflejos distorsionados en las pompas de jabón. Yo mismo lo he sorprendido viendo emocionado las aves jugando en las fuentes cuando otros están ocupados en el estrés de hacer ronronear sus autos y ser el primero en avanzar en el semáforo.

El poeta del espacio se emociona si tú le hablas, le gusta que se le descubra y si lo haces te lo puedes encontrar en tus sueños y ahí te platica una que otra de sus aventuras. A veces la gente no comprende porque se emociona tanto y se asusta, por eso dicen que el poeta del espacio está loco.

El poeta del espacio está loco, porque a veces le da por creerse grandes promesas, promesas de mundos mejores, promesas de amor, promesas de desamor, promesas que se hace a si mismo e instantáneamente olvida, como la razón que lo hizo bajar al infierno y cuando estaba ahí, ya no sabía para que había llegado pero, ya aprovechando el viaje, saco a una que otra enamorada.

El poeta del espacio anda solo y loco, los otros acostumbran perderse de esa bella locura, además luego, cuando alguien decide acompañarle el poeta o el alguien se pierde y a veces, solo se encuentran al final del camino.
Muchas otras veces se ha hablado de la locura del poeta del espacio, yo ahora no me acuerdo de mas, pero seguro el capitulo 8 seguirá…


Nota al pie

*De hecho, solo hay capitulo 8
(A María le gusta el 8, tal vez porque es simetrico tanto horizontal como verticalmente. Luego me dice –pon el volumen en el numero 8 porque el ocho me gusta- no tiene sentido, pero yo obedezco... Al menos no tiene sentido para mi, o tal vez si; obedecer a Maria , para ella seguro que tiene algún sentido.)

miércoles, 14 de abril de 2010

aterrizaje


en la parte baja de una montaña, donde los conejos se persiguen, aterrizó una vez la nave cibernética, con su único tripulante el poeta del espacio... aburrido, cansado de nada, un poco triste... había llegado ahí porque no tenía donde llegar, porque no tenía a donde ir ni a donde regresar, mas bien, aterrizó ahí y ya,,, hasta ahí llegó... desabrochó el cinturón que lo aseguraba de las velocidades supersentimentales del espacio emocional y se dispuso a echar un paseo,,, sin nada que buscar,,, sin nada que encontrar...

domingo, 11 de abril de 2010

La casa metamórfica


Hoy presentamos:
La casa cambiante
Protagonizada por el poeta del espacio.
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A la fiesta el poeta del espacio acudió con su prenda amada. Cruzo la puerta y ahí se perdió. A ella pocas veces la volvió a ver, pero supo que lo pasó bien.

El lugar era una casa que se metamorfoseaba a cada distracción, nunca era la misma, con rincones agradables y otros peligrosos, detalles laberinticos, múltiples niveles que no tenían sentido, un espacio rojizo con murales que se despintaban para encontrar otros debajo, más antiguos.

Los que ahí estaban, creaturas alegres convivían entre sustancias y charlas, entre comida y placeres, eran fantasmas y vivos, amigos y extraños que simpatizaban a la menor provocación. Convidaban lo que tenían y se juntaban y ahí mismo existían, dormían, iban de viaje y regresaban, sin salir de la casa cambiante.

En aquel espacio, el poeta tuvo diferentes aventuras, que terminaban ahí mismo. Sueños que vivía y al despertar estaba en otro sitio que no conocía de la misma casa. Un amigo herido que jamás logro llevar a un lugar para sanar. Risas que empezaban y que le impedían ayudar. Una cabeza de cerdo en una cubeta de bebida de los dioses, una cabeza de cerdo sonriente que se hizo humana en sus manos, la misma cabeza que le dijo que era de un hombre grande, y que lo hizo recitar: ¿ser o no ser? Esa es la cuestión.

El poeta del espacio descubrió que el único modo de salir de ahí realmente era despertar, pero no pudo.
Al final, fue a la parte más baja de la casa metamórfica, y encontró en su base canales de agua laberinticos y un cielo inmenso y gris, del agua brotaban niños que bajo el agua estaban y reían, pálidos y como muertos. Los niños querían hacerlo caer al agua, pero el poeta se resistía, al final del camino el poeta encontró el comienzo de un lago. Un niño se le prendió del cuello, al quitárselo vio dentro del agua que una señora lo intentaba hacer caer. En ese momento al fin logro soñar en aquello que llaman realidad. Y entonces ahí sí tuvo un poco de miedo.

Conejo azul

Enamorado y embriagado por besos, canciones de amor y alguno que otro enervante me reporté: …He alunizado, y me encuentro con un conejo azul al que no he parado de hablarle de ti…
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Cierto día el poeta del espacio estaba en sus ensoñaciones acostumbradas, viviendo momentáneamente fantasías que se evaporaban tan pronto las imaginaba para estar en otra y otra y otra más, cuando de repente se descubrió en un paisaje inhóspito, en un atardecer que aceleraba el frio que se sentía intensamente, con cráteres y montañas al fondo, piedras y polvo bajo sus pies, con una claridad en los pocos colores que se alcanzaban a percibir además de los tonos grises del ambiente que le rodeaba.

Fue entonces que se dio cuenta que estaba en la luna, así es, literalmente en la luna. Se rascó la cabeza y comenzó a dar un paseo viendo la manera de volver a alguna ensoñación anterior rodeado de flores o viviendo de una fortuna millonaria. Pero no, seguía en la luna y con un pensamiento constate sobre amores medianamente realizables, a veces felices pero breves. –Oh! Amada enemiga mía- repitió unas 33.33333 veces para sí mismo, cuando de por ahí y generado por vago recuerdo de una canción y/ó cuento se dio cuenta que estaba siendo observado por un conejo azul.

-¿Qué tal señor conejo?- dijo el del espacio al azul, el cual, después de una referencia que solo fue existente en la imaginación poética, comenzó a dar de brincos por el espacio, físico y metafísico, tantas que a veces era imposible poner atención a uno y otro movimiento (que a veces superaba la frontera del sujeto humano) que hacia incomprensible al poeta entender que carajos pasaba, pasando este del llanto, a la risa, a la nausea y a cualquier otra respuesta de su organismo al desconcierto que el conejo revoloteando le provocaba.

Tras todo esto y fatigados tanto el conejo como el poeta se despidieron, para así, cada uno continuar su viaje.

viernes, 9 de abril de 2010

Nada


De pronto, al darse cuenta, estaba flotando en la ligereza de la entrada al sueño. Sintió que ese momento era el adecuado para escapar, volando de la realidad, que aun ahí en la frontera del sueño impide despegarse del suelo. Fue entonces donde pensó en “eso”. “Eso” fue la palabra mas cercana y también mas lejana para intentar describir lo indescriptible. En ese ligero filo que estaba a punto de cruzar hacia la inconciencia se dio cuenta que era humano. Y que como humano no podría expresarse de lo que no conocía y que apenas podía imaginar. Todo lo que sabia del mundo, era lo que sus sentidos humanos le habían hecho creer; el pasto, los colores, el amor, las texturas, la vida, la gente, Dios, todo era humano, y por mas que se esmerara solo desde ese punto de vista humano iba a comprender lo que llaman realidad. Apareció de pronto una angustia por aquel descubrimiento. La realidad le pareció corta ante el cono de posibilidades del que ni siquiera conocía la punta. Quiso formular un cuento, pero ¿un cuento de que? De algo que no tenía vida, ni color, ni textura, ni tiempo, ni olor, ni ideología, ni sonido, ni nada, nada de lo conocido humanamente, nada. Ante la frustración de no poder comunicar a los demás su pensamiento, se quedó dormido, y dando brinquitos de sueño en sueño pronto no recordó nada. En ese instante, más bien, en algo parecido a un instante, en algo parecido a la realidad, algo que tiene algo semejante al ser descubrió que no estaba solo. (chale, ese es un final cursy,,, la verdad que nadie nunca esta mas acompañado mas que por su propio espíritu miope)