miércoles, 14 de abril de 2010

aterrizaje


en la parte baja de una montaña, donde los conejos se persiguen, aterrizó una vez la nave cibernética, con su único tripulante el poeta del espacio... aburrido, cansado de nada, un poco triste... había llegado ahí porque no tenía donde llegar, porque no tenía a donde ir ni a donde regresar, mas bien, aterrizó ahí y ya,,, hasta ahí llegó... desabrochó el cinturón que lo aseguraba de las velocidades supersentimentales del espacio emocional y se dispuso a echar un paseo,,, sin nada que buscar,,, sin nada que encontrar...

1 comentario:

  1. La realidad que vemos y nos puede causar asombro, eso es el amiguito del espacio, me parece bien amiguito los relatos surealistas, que puedes plasmar y compartirlos, me gusta tu contenido energetico, real y sublime.....bien...!!!!!!

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