viernes, 7 de enero de 2011

Despertando del Automatismo


Pasé algunos días en la playa, disfrutando de algunos placeres terrenales y de una buena temperatura diferente a la que se vive acá en las montañas. Al volver después de una semana me encontré que mis padres se habían ido de viaje y que un día antes de su partida se habían robado el cableado eléctrico de cobre –4 cables con 18 hilos de poco menos de 50 metros de - que ligaba mi casa y la de mis vecinos con la red eléctrica local.

El primer día caí en pánico, llevaba ya una semana sin música controlada por mí, desconectado de mis ciberpersonalidades e imposibilitado de continuar completando mi tesis (ah! Excusas sobran! Pero esto de la tesis resulta últimamente harto complicado de hacer). Así que tan pronto como llegué traté de pensar cómo hacer para tomar un autobús que me llevara al sitio donde estaban mis progenitores a más de 8 horas de distancia en autobús. Poco a poco comencé a recuperar la calma y a disfrutar de la calma de una vida sin electricidad (con alimentos deteriorándose rápidamente en el frigo). Comencé a actuar y a ser más expresivo con mis emociones, visité viejas amistades, jugué luchitas con mi perro maniaco-depresivo, nombramos a un pájaro grande, de pecho amarillo que baja a mi patio “Juan”, hicimos el acto poético de reconstruir una carta que algún rey mago despedazo y deposito amablemente como basura a fuera de mi morada. Cuando me di cuenta, después de varios días sin electricidad mi vida comenzó a cambiar, sentí como mi persona despertaba del automatismo y de la correa virtual.

Hace rato, nos conectaron a la electricidad de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario