lunes, 9 de agosto de 2010

Viejo de la montaña II



Pico Peñon


para escuchar aqui

Cuando me cansa la gente y sus mañas
voy a la cumbre del Pico Peñón
entre sus riscos está mi cabaña
junto a las nubes del blanco algodón.

Uh, uh en la montaña
uh, uh llena de sol

De zarzamora se cuajan las rocas
yerba silvestre asoma doquier
hora tras hora las cabras tan locas
todo se comen con tal de comer

Un comerciante subío sofocado
vio mi ganado y me preguntó
-Cuántos cabritos tendra tu rebaño
Cuántos cabritos ¡Responde pastor!

Uh, uh pues este año
uh, uh son un montón
El traficante urgando sus dedos
hizo la cuenta para proponer
-Si me los vendes te doy un talego
archipleto con oro de ley.BR>

Uh, uh sin mis pequeños
uh, uh luego que haré

En la montaña no quiero dinero basta la dicha que da el corazón con mis cabritos soy dueño del cielo bajo la cumbre del Pico Peñón.





Fernando Delgadillo Jonas El Enterado

Jonas no era sino un joven
que la pasaba averiguando,
como así había sido siempre
no le hicieron mucho caso
y sabiendo del mundo poco
poco como el que no es sabio
poco y tan poco que un día
decidió que iba a hacer algo.
Me ando despidiendo pues
me marcho a las montañas, dijo
para mi regreso ya tendré
largas las barbas
quien le oyó se dijo entonces
Jonás siempre ha sido un necio
y a fe mia que su partida
está mejor que su regreso.
Poco le importaban que rieran
cuando se fue
ya conocía la risa
del que no puede entender.
Y se fue por los caminos
ágil errabundo y solo
iba dando briosos saltos
y cantando alegres tonos
en busca del viejo sabio
que lo contestaba todo
con harapos de100 años
y un cascabel en el gorro.
Le pasaron muchas cosas
porque muchas cosas pasan
a lo largo de los años
que se mora en las montañas
no encontró a nadie más sabio
que el corazón que llevaba
que le respondió sonriente
a todo lo que preguntaba.
Y un buen dia le vieron
regresar de algún lugar.
No pares de andar
repasa el mundo con tu pie
caminarán los hombres
y comprenderán después.
Volvió y no fue un día de fiesta
la gente miró callada
pues las barbas y la risa
le cubrian toda la cara,
traía un cascabel su gorra
desteñida y remendada
y unos harapos mugrosos
y una sombra adelantada.
Que me cuelguen de una encina
si no veo las caras (dijo)
de aquellos que preguntaron
hace tiempo y aún se rascan,
quien le oyó se dijo entonces
éste si que no ha cambiado
lo malo de que se haya ido
es que se haya regresado.
Se quedó por algún tiempo
hablando y organizando
festines y desafueros
por la villa y los villanos
pero llegó a tal su juerga
y festejar desenfrenado
que se celebró un concilio
y sin más un día lo echaron.
Y se alejó con las hojas
que colgaran de las ramas
a intervalos regulares
como pasos que se marchan,
la última vez que le vieron
no iba sólo, encabezaba
una cuadrilla de truhanes
que iba rumbo a a las montañas.
No pares de andar repasa el mundo
con tu pile caminarán los hombres y
comprenderán tal vez. mas
recordarán los hombres
y se olvidarán después.

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