miércoles, 21 de abril de 2010

Una botella al mar

Era un día de diciembre, el quería escribirle hace algunos días algo a ella, y además, ella le pidió que le escribiera algo. Se sentó frente a la computadora y con las manos puestas en el teclado, escribió un par de frases auto disculpándose por no tener nada que escribir, instantes más tarde borró todo y escribió lo siguiente:

“Ella cruza el arco de la puerta y se dirige al refrigerador. En la mesa de la cocina esta él, con los ojos de un vicioso. Ella no se sorprende mucho al verlo y solo le dirige una mirada cargada de desprecio. El sonríe, de cualquier modo ya nada importa, es mas, desde hace mucho que nada importa. Ella del refrigerador saca un cono de leche, toma un vaso del fregadero y lo llena hasta el tope, entonces vuelve a guardar el cono. Y como si estuviera sola, y nadie la viera, se toma la leche de un solo sorbo, se rasca la nalga y sale de la cocina.”

Aburrido después de todo.

Hola querida, la idea original de esta carta se me ocurrió hace algunos días, luego perdí el entusiasmo por el regalo “sorpresa” (me choca regalar cosas en navidad!) que tu madre tal vez ya te ha dado. (Y una vez más, mi auto disculpa, ja) en esta ocasión, no tuve elección entre regalo “material” y “no material”. Pero quería darte un beso empaquetado, para que en el instante que leas estas palabras recorra hasta tus labios (en este momento debes ayudarme un poco, e imaginar el mejor beso que alguna vez (espero exista uno) te haya dado).

Agradezco todas tus amabilidades (y me refiero directamente al significado real, a lo que me hace amarte) eres muy linda. No sé qué serian estos días sin ti.

Entonces, como sabemos que solo tenemos una vida y no dos para experimentar, deseo que lo que hagas, sea para tu bien y deleite, disfruta esto, no lo padezcas.

En algún sitio, justo ahora, seguramente pasaras por mi cabeza, intermitentemente como siempre, tenlo por seguro. Espero que eso te halague un poco.

Tan pronto como sea posible iré a verte ¿sí?

Y ya que me gustó el beso que hace un instante debiste haber sentido, se me antoja otro, (lo bueno de estos besos, es que no pierdes del ritmo, por el nuevo ritmo que has aprendido) siente mis labios, el calor, la cercanía y la compañía, ay! ya se me antojó mucho. ¿Qué rico beso no?

Jeje, creo que ya estoy desvariando mucho (y entonces me viene la duda ¿es “desvariando o disvariando?).

Bueno, bueno, ya. Espero que tu abuelita este bien, y lo digo sinceramente, (porque creo es la persona a la que más le llegué a agradar en tu casa) espero que no se me siga borrando de la historia, recupera mi fotos, ¿sigues usando la taza me muge?(si si, aquella taza con el estampado de vaca que te traje de no sé que viaje)..

Te quiero… espero hayas disfrutado los besos…

4 comentarios:

  1. viejo ke bien escribes.

    me latio, esta agradable, ameno y sobre todo creo ke es lo ke mas ayudo a la fantasia, creo ke te conosco un poco como para poder imaginarte escribiendo y desvariando o disvariando con este buen viaje.

    ResponderEliminar
  2. los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias se quedan allí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orado conjungar.

    ResponderEliminar
  3. ...a éste ruido tan húerfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón tan podrido de latir...

    ResponderEliminar
  4. Nunca había puesto atención a tu blog (de hecho ni sabía que tenías, ja). Como siempre, aprendiendo algo nuevo de ti.

    Te extraño!
    Cuidate. Un abrazo. Te quiero Dante =D

    ResponderEliminar